Le pareció que todo había ocurrido muchas veces sin saber cómo. ¿Había matado a su pequeña? Él estaba seguro de que sí, de que había acabado con su vida muchas veces y de todas las formas posibles. Eso le angustiaba profundamente, pensar que en una de esas veces se hubiera cometido el crimen detestable. El no quería hacerlo, pero estaba seguro de haberlo cometido muchas veces, pudiendo describir con todo lujo de detalles las horribles muertes a las que había sometido a su pequeña.
Por fin, llegó el médico y le dijo: Buenos días Elias, ¿hoy haz vuelto a matar a tu pequeña?. Respondió Elias: ¿cómo ocurrió doctor?. El médico le contestó: Muy fácil, la matas todos los días en tú mente, sólo modificas tú patrón de asesinato, pero no te preocupes, las personas obsesivas nunca comenten el crimen físico, sólo es un crimen mental, un crimen que constantemente les hace dudar de la realidad y la verdad.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
Por fin, llegó el médico y le dijo: Buenos días Elias, ¿hoy haz vuelto a matar a tu pequeña?. Respondió Elias: ¿cómo ocurrió doctor?. El médico le contestó: Muy fácil, la matas todos los días en tú mente, sólo modificas tú patrón de asesinato, pero no te preocupes, las personas obsesivas nunca comenten el crimen físico, sólo es un crimen mental, un crimen que constantemente les hace dudar de la realidad y la verdad.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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