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martes, 13 de agosto de 2013

Virus.

Por primera vez en la historia, una nutrida expedición humana se encaminaba hacia un planeta habitado por otra especie civilizada. Años atrás, se establecieron lazos de amistad y cooperación con los denebianos, y ellos, a pesar de hallarse muy adelantados a nosotros tecnológicamente, nos necesitaban.
   En su planeta, había una extensísima área al norte del ecuador, que había sido colonizada por múltiples especies vegetales y animales. Esa zona estaba destinada para unas gigantescas instalaciones energéticas, y debía de ser despejada de los bosques y fauna que la poblaban. Los denebianos, no querían utilizar en ella sus invasivos métodos, y habían decidido ofrecer a los habitantes de la tierra un intercambio: Ellos nos ofrecían compartir parte de su avanzadísima tecnología en campos como la ingeniería molecular y la nanoingeniería, y, a cambio, nosotros despejábamos el área indicada, estableciendo una colonia durante cierto plazo de tiempo.
   El jefe de la expedición, John Lombardy, cenaba con el director científico, Michael Prestron. Estaban sólos en los aposentos de Lombardy, y éste ultimo, ofreciendo a su invitado una copa de licor, le preguntó:
   -Dígame señor Prestron ¿Porque cree que los denebianos nos han elegido para ésta tarea? ¿No le resulta extraño que ellos nos necesiten... ...a nosotros?
    El viejo director científico sonrió. Después, dio un pequeño sorbo a su copa y clavó sus ojos en Lombardy.
   -¿De verdad quiere saberlo?
   -Pues si, me gustaría saber el motivo real.
   -Es posible que la respuesta no le guste,- añadió mientras encendía un habano-
   -Me arriesgaré, -dijo con franqueza mientras rellenaba de nuevo los vasos-
    - Verá usted, señor Lombardy, Los denebianos conocen perfectamente nuestra historia y nuestra especie  Ellos nos consideran algo así como un poderoso y destructivo virus, una especie que se extiende por el terreno acabando implacablemente con todo lo que se encuentra en su camino; Eso mismo hicimos en nuestro viejo planeta, y eso es algo que "sabemos" hacer muy bien ¿Comprende?
   Lombardy bajó los ojos, y dió un gran trago a su copa. Luego, con un hilo de voz añadió tan sólo: Comprendo. Luego ambos quedaron en silencio.

Autor: D. José María Martín Rengel.


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