Bouara, indígena de la selva del Amazonas, fué llevada a New York por el etnólogo Peter North. Ella iba a ser la estrella de un gran acto en el que además de recaudar fondos, el señor North y otros investigadores pretendían abogar en contra de la deforestación de las selvas de la Amazonia.
La gran ciudad le pareció un lugar horrible, olía mal, había mucho ruido, no había árboles ni pájaros; Cientos, miles de vehículos circulaban de un lado para otro, todo parecía caótico y antinatural. Bouara pensó que en caso de tener que vivir allí, no sería capaz de sobrevivir. Ignoraba como se las arreglaban para buscar comida, para moverse, etc, todo el suelo era duro como la piedra, sin tierra ni arroyos, ni arbustos... Ella lo ignoraba todo, y ellos lo sabían y sentían pena por ella.
De vuelta a Brasil, Bouara miraba por la ventanilla de la avioneta mientras sobrevolaban la selva, sus ojos se complacían ante el espeso mar de árboles de allá abajo. Entonces algo ocurrió con el motor y la avioneta se precipitó contra el suelo.
Llevaban 3 días perdidos en la selva. El piloto, y la ayudante de North, Jessica Richter fallecieron en el acto, pero milagrosamente, Bouara y North salieron ilesos.
Bouara regresó con algunos insectos y unas raíces que ofreció a North. Le dió algo de repugnancia pero tenía mucha hambre y aceptó. Entonces pensó en lo inútil de su brillante licenciatura, en su doctorado, o en su enorme cantidad de conocimientos que, en ese lugar y en ese momento, no le servían para nada, o al menos, no para sobrevivir.
Y miró a la "ignorante" Bouara, quizás ella no supiera nada, pero ella sobreviviría pues lo sabía todo.
Autor: D. José María Martín Rengel.
La gran ciudad le pareció un lugar horrible, olía mal, había mucho ruido, no había árboles ni pájaros; Cientos, miles de vehículos circulaban de un lado para otro, todo parecía caótico y antinatural. Bouara pensó que en caso de tener que vivir allí, no sería capaz de sobrevivir. Ignoraba como se las arreglaban para buscar comida, para moverse, etc, todo el suelo era duro como la piedra, sin tierra ni arroyos, ni arbustos... Ella lo ignoraba todo, y ellos lo sabían y sentían pena por ella.
De vuelta a Brasil, Bouara miraba por la ventanilla de la avioneta mientras sobrevolaban la selva, sus ojos se complacían ante el espeso mar de árboles de allá abajo. Entonces algo ocurrió con el motor y la avioneta se precipitó contra el suelo.
Llevaban 3 días perdidos en la selva. El piloto, y la ayudante de North, Jessica Richter fallecieron en el acto, pero milagrosamente, Bouara y North salieron ilesos.
Bouara regresó con algunos insectos y unas raíces que ofreció a North. Le dió algo de repugnancia pero tenía mucha hambre y aceptó. Entonces pensó en lo inútil de su brillante licenciatura, en su doctorado, o en su enorme cantidad de conocimientos que, en ese lugar y en ese momento, no le servían para nada, o al menos, no para sobrevivir.
Y miró a la "ignorante" Bouara, quizás ella no supiera nada, pero ella sobreviviría pues lo sabía todo.
Autor: D. José María Martín Rengel.
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