Sonó el teléfono, era su hijo, acababa de coger un vuelo desde Madrid. Ella se encontraba escuchando la radio en la cocina de su casa.
- Hola mamá. Ya hemos embarcado, aunque parece que hay algunos problemas técnicos, porque una luz a avisado.
- Hijo, no te preocupes seguro que no es nada, pronto estarás volando sin que pase nada.
Mientras tanto, en el pasillo un mujer rubia de ojos azules penetrantes, con un tupido velo transparente de color blanco, hacía una lista sobre un pergamino antiguo y con una pluma negra. Nadie la veía, para todo el pasaje pasaba desapercibida.
- Bueno mamá, pues creo que vamos a despegar, el piloto ya ha dicho que se ha solucionado el problema.
- Pues que tengas buen viaje hijo, en nada estarás con tú padre que te espera en destino.
A las afueras del avión, otra mujer con capa negra, cabello largo y negro, de curvas esbeltas sostiene en la mano una balanza rota, en la que nada sopesa.
De repente el avión arranca, turbulencias violentas atemorizan al pasaje, porque todos se preguntan: ¿cómo puede haber turbulencias en el despegue?
- ¡Mamá, máma! no cuelgues, creo que algo marcha mal, esto se mueve mucho, la gente está gritando y todavía no hemos despegado, ¡socorro, socorro! ¡mamá tengo mucho miedo!.
En ese instante se interrumpe la llamada con un gran estruendo.
- ¡Hijo, hijo! ¿qué está sucediendo? Dios mío, mi hijo.
En la radio una voz da una última noticia interrumpiendo la emisión del programa.
- Última noticia, acabamos de conocer que ha ocurrido hace escasos momentos un accidente aéreo en Barajas, por el momento no se tiene constancia del número de supervivientes y muertos. Los equipos de salvamento se encuentran en la zona sofocando el incendio.
La madre arrodillada, desgarrada en su fuero interno, se macera los cabellos con las manos desesperadas.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
- Hola mamá. Ya hemos embarcado, aunque parece que hay algunos problemas técnicos, porque una luz a avisado.
- Hijo, no te preocupes seguro que no es nada, pronto estarás volando sin que pase nada.
Mientras tanto, en el pasillo un mujer rubia de ojos azules penetrantes, con un tupido velo transparente de color blanco, hacía una lista sobre un pergamino antiguo y con una pluma negra. Nadie la veía, para todo el pasaje pasaba desapercibida.
- Bueno mamá, pues creo que vamos a despegar, el piloto ya ha dicho que se ha solucionado el problema.
- Pues que tengas buen viaje hijo, en nada estarás con tú padre que te espera en destino.
A las afueras del avión, otra mujer con capa negra, cabello largo y negro, de curvas esbeltas sostiene en la mano una balanza rota, en la que nada sopesa.
De repente el avión arranca, turbulencias violentas atemorizan al pasaje, porque todos se preguntan: ¿cómo puede haber turbulencias en el despegue?
- ¡Mamá, máma! no cuelgues, creo que algo marcha mal, esto se mueve mucho, la gente está gritando y todavía no hemos despegado, ¡socorro, socorro! ¡mamá tengo mucho miedo!.
En ese instante se interrumpe la llamada con un gran estruendo.
- ¡Hijo, hijo! ¿qué está sucediendo? Dios mío, mi hijo.
En la radio una voz da una última noticia interrumpiendo la emisión del programa.
- Última noticia, acabamos de conocer que ha ocurrido hace escasos momentos un accidente aéreo en Barajas, por el momento no se tiene constancia del número de supervivientes y muertos. Los equipos de salvamento se encuentran en la zona sofocando el incendio.
La madre arrodillada, desgarrada en su fuero interno, se macera los cabellos con las manos desesperadas.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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