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domingo, 4 de agosto de 2013

Violación salvaje.

Era el año 1575 d. E., vivía en una República Italiana. Su nombre Gilberto, se encontraba muy cerca de un riachuelo en una alameda. A la sombra de los árboles se había quedado dormido por la calor del día. Gilberto tenía casi cuarenta años y nunca había tenido relaciones sexuales. Era extremadamente tímido y dependiente de su familia y amigos. 
Ese día soñando tuvo un experiencia onírica, más de 7 mujeres llegaron a la alameda paseando, risueñas, todas jóvenes y muy lozanas. Cuando Gilberto se despertó del sueño las 7 mujeres lo rodeaban y se reían a carcajadas mientras lo provocaban y se le insinuaban. Gilberto, atormentado por la situación que le sobrepasaba en mucho, decidió levantarse para irse, pero aquellas jóvenes empezaron a agarrarlo, cada una por un brazo y una pierna. El empezó a gritar, muy asustado, qué están haciendo pensó. Cuando una de aquellas chica empezó a tocarlo y desgarrar sus ropas, otra lo besaba en la boca, mientras otra le golpeaba la cara a guantadas como para despertarlo. Gilberto, gesticulaba, se retorcía, se negaba y se oponía, pero nada. Una rubia de grandes curvas, se le puso encima, sacando su miembro del ropaje envuelto, Gilberto, que era virgen, comenzó a gritar de dolor, cuando aquella mujer lo violó. Posteriormente, una a una las siete mujeres lo violaron de forma salvaje, una tras otra se subían encima de él y lo cabalgaban como sí de un potro salvaje se tratase. Tras violarlo todas y haber satisfecho todos sus deseos, gozos y placeres con él, lo dejaron tirado bajo aquél árbol, en estado de shock, como sin saber muy bien que había pasado. Estaba inseguro de sí mismo, aceptó haber dependido de aquellas jovencitas y que hubieran tomado las decisiones importantes, que hubieran manejado su vida abusando, con tal de sentirse apoyado.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.





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