Hace mucho tiempo ocurrió que una muchacha llamada Juana "de Arco", padecía una enfermedad, desconocida en su época, la epilepsia, y que estaba convencida de que podía ver el futuro por las alucinaciones que padecía. En su época Juana, creía profundamente que sus premoniciones como ella las concebía, eran debidas a Dios o al diablo que jugaban a las cartas, por lo que un día, decidió ir a exponer el asunto al rey. El rey y sus consejeros, empleando la mayor racionalidad posible, que le permitía la ciencia de su época, pensaron que quizás esas supersticiones absurdas que no respondían a ninguna causa-efecto de la realidad, las podrían emplear como táctica militar para que la población analfabeta, luchara a su favor en una guerra despiadada y sangrienta.
Y así fue, Juana fue enviada al campo de batalla, donde su creencia sotérica la condujo a la victoria, apoyada por el pueblo como un ejército que caminaba a la gloria.
De ahí, que muchos años después se entienda que una enfermedad bien empleada, pudiera otorgar grandes beneficios a las mesnadas y a un rey que el pueblo supersticioso nada le importaba.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
Y así fue, Juana fue enviada al campo de batalla, donde su creencia sotérica la condujo a la victoria, apoyada por el pueblo como un ejército que caminaba a la gloria.
De ahí, que muchos años después se entienda que una enfermedad bien empleada, pudiera otorgar grandes beneficios a las mesnadas y a un rey que el pueblo supersticioso nada le importaba.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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