Se había reunido con la Curia en pleno la Papisa, todas las obispas estaban en la reunión, era días antes de la Pascua. Comenzó una declamación sobre el asunto a tratar y decía:
- Hoy nos encontramos todas reunidas para tomar una decisión histórica, Desde hace mucho la Iglesia se dirige y organiza de forma jerárquica por su forma de Estado. Hoy, debemos tomar la decisión de organizar la Iglesia como lo que es, una organización de igualdad, una comunidad de iguales. De aquí, que el orden del día sean dos puntos: el primero el restablecimiento de una organización igualitaria dentro de la Iglesia mediante un decreto ley que prohibirá la jerarquía eclesiástica de sus compañías u ordenes, actualmente subordinados, para establecer una organización horizontal entre iguales.
El segundo punto del día será el abordar el cambio de organización estatal, por estar vinculado al punto anterior, de modo, que debemos decidir sobre la implantación de un democracia teocrática y la actual teocracia estatal. Sí se opta por la democracia teocrática todas las órdenes y compañías votaran cada 4 años para la elección de la nueva representante de la Iglesia y el Estado Eclesiástico. Del mismo modo y por extensión del asunto ese cambio implicaría la redacción consensuada de una Constitución Eclesiástica en la que se agrupen todas los derechos, obligaciones y sanciones pertinentes al incumplimiento de las leyes eclesiásticas.
De modo, que sí tomamos la decisión de realizar la pertinente modificación y es aceptada en base al voto de obediencia, se deberá debatir sobre la abolición de celibato, por ser anti natura, el derecho al matrimonio de cualquier tipo familiar, por ser una barbarie su prohibición y otros muchos derechos que sobre los que tendremos que departir.
Cuando había finalizado la declamación, todas las presentes por unanimidad y sin discrepancia alguna, votaron los dos puntos, optando a favor de las modificaciones propuestas y determinadas por la Papisa.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
- Hoy nos encontramos todas reunidas para tomar una decisión histórica, Desde hace mucho la Iglesia se dirige y organiza de forma jerárquica por su forma de Estado. Hoy, debemos tomar la decisión de organizar la Iglesia como lo que es, una organización de igualdad, una comunidad de iguales. De aquí, que el orden del día sean dos puntos: el primero el restablecimiento de una organización igualitaria dentro de la Iglesia mediante un decreto ley que prohibirá la jerarquía eclesiástica de sus compañías u ordenes, actualmente subordinados, para establecer una organización horizontal entre iguales.
El segundo punto del día será el abordar el cambio de organización estatal, por estar vinculado al punto anterior, de modo, que debemos decidir sobre la implantación de un democracia teocrática y la actual teocracia estatal. Sí se opta por la democracia teocrática todas las órdenes y compañías votaran cada 4 años para la elección de la nueva representante de la Iglesia y el Estado Eclesiástico. Del mismo modo y por extensión del asunto ese cambio implicaría la redacción consensuada de una Constitución Eclesiástica en la que se agrupen todas los derechos, obligaciones y sanciones pertinentes al incumplimiento de las leyes eclesiásticas.
De modo, que sí tomamos la decisión de realizar la pertinente modificación y es aceptada en base al voto de obediencia, se deberá debatir sobre la abolición de celibato, por ser anti natura, el derecho al matrimonio de cualquier tipo familiar, por ser una barbarie su prohibición y otros muchos derechos que sobre los que tendremos que departir.
Cuando había finalizado la declamación, todas las presentes por unanimidad y sin discrepancia alguna, votaron los dos puntos, optando a favor de las modificaciones propuestas y determinadas por la Papisa.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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