Había llegado al país hacía pocos días; todavía estaría dos semanas más en Minks. Lo habían contratado para atravesar en su espectáculo el río Nyamiha.
Estando en su hotel pensaba: <<La vida es como el alambre de espinos tensado bajo mis píes, a una altura de 100 píes. Es una línea horizontal elevada sobre la vertical, segura y estable. Cuando se empieza ya no hay marcha atrás, cada paso es hacia adelante, un nueva decisión que nos conduce a nuestro destino. La vida y en paralelo la muerte, con dos posibles salidas, sí se llega al final el éxito o el reconocimiento, además de otra nueva oportunidad de empezar; sí se cae, el abismo y el olvido. A lo largo de la vida, la búsqueda del equilibrio, del punto de encuentro, entre lo bueno que pesa a un lado de la barra y lo malo al otro lado; entre lo colectivo y el individuo, la búsqueda del punto exacto; entre lo heredado y lo aprendido; entre el egoísmo y el altruismo; entre el cuerpo y la mente,.... Unos empiezan y llegan al final; otros empiezan y tropiezan antes de llegar cayendo en el precipicio por su desequilibrio; otras personas cayendo a la mitad, se vuelven a levantar, sin llegar a precipitarse al abismo, para volverse a incorporar; y los que más, acaban sin empezar a caminar, por su sin sentido, por su escepticismo, por su inseguridad en que exista la posibilidad. Pero la vida no es un sólo funambulista que atraviesa el abismo, como la Tierra que está suspendida en el inmenso Cosmos y que pasado millones de años no existirá, existió en un pasado, hoy nuestro presente, sino que somos millones de funambulistas, todos en paralelo, atravesando los alambres de espino suspendidos sobre el precipicio de la muerte en cada elegante presente>>.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
Estando en su hotel pensaba: <<La vida es como el alambre de espinos tensado bajo mis píes, a una altura de 100 píes. Es una línea horizontal elevada sobre la vertical, segura y estable. Cuando se empieza ya no hay marcha atrás, cada paso es hacia adelante, un nueva decisión que nos conduce a nuestro destino. La vida y en paralelo la muerte, con dos posibles salidas, sí se llega al final el éxito o el reconocimiento, además de otra nueva oportunidad de empezar; sí se cae, el abismo y el olvido. A lo largo de la vida, la búsqueda del equilibrio, del punto de encuentro, entre lo bueno que pesa a un lado de la barra y lo malo al otro lado; entre lo colectivo y el individuo, la búsqueda del punto exacto; entre lo heredado y lo aprendido; entre el egoísmo y el altruismo; entre el cuerpo y la mente,.... Unos empiezan y llegan al final; otros empiezan y tropiezan antes de llegar cayendo en el precipicio por su desequilibrio; otras personas cayendo a la mitad, se vuelven a levantar, sin llegar a precipitarse al abismo, para volverse a incorporar; y los que más, acaban sin empezar a caminar, por su sin sentido, por su escepticismo, por su inseguridad en que exista la posibilidad. Pero la vida no es un sólo funambulista que atraviesa el abismo, como la Tierra que está suspendida en el inmenso Cosmos y que pasado millones de años no existirá, existió en un pasado, hoy nuestro presente, sino que somos millones de funambulistas, todos en paralelo, atravesando los alambres de espino suspendidos sobre el precipicio de la muerte en cada elegante presente>>.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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