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jueves, 22 de agosto de 2013

Sobrehumano.

Habían convocado aquella manifestación en el Cairo. Él corría por las calles entre la multitud, unos lanzaban objetos, otros corrían huyendo, otros iban hacia los soldados para presentarles batalla. 
La manifestación era masiva, personas llegadas de todas las partes de Egipto habían acudido y hacían lo que su instinto les indicaba. Él corrió y volvió una esquina, salió a la carretera de la avenida principal e iba diciendo: <<Alá es grande>>. Contempló un carro de combate que venía por ella, después recordó una escena sucedida hace mucho tiempo en China, en la Plaza de Tiananmen y se dijo: <<Yo quiero detener ese tanque con la gracia de Dios>>. 
Y todo sucedió, se aproximó mirando desafiante a aquel tanque y desarmado, levantó las manos, mientras algunos videoaficionados captaban aquella imagen. El tanque, se detuvo, no siguió adelante, pero de un disparo preciso lo atravesó al instante. Cayó ensangrentado en medio de la calle, y toda su vida paso a ser en los telediarios aquel mismo instante. 

Autor: D. Jesús Castro Fernández.



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