A él, lo capturaron cuando paseaba en solitario por el campo; a ella, igualmente solitaria, la sorprendieron mientras hacía footing en un parque. Ambos fueron a parar a una cómoda pero extraña estancia. Se miraron con cierta desconfianza, pues ambos ignoraban lo que ocurría, y cuando quisieron conversar, descubrieron que hablaban diferentes idiomas, aunque finalmente pudieron entenderse en Inglés.
No sabían que ocurría ni para qué estaban allí, pero al menos disponían de agua, de alimentos (sobre todo fruta) y de una adecuada climatización, pues ambos estaban totalmente desnudos. La estancia era una especie de gran caja de cristal, pero nada se podía ver a través del mismo.
Así transcurrieron dos días, pues al tercero, descubrieron con sus propios ojos y con grandísima sorpresa, cual era su autentica e increíble situación. De repente, su habitáculo se hizo transparente, y fué trasladado junto a lo que parecía un ancho camino. A lo largo de dicho camino, por lo que podían ver, había otras "jaulas" parecidas a la suya, y éstas parecían contener siempre a parejas de extraños animales.
Se miraron a los ojos comprendiendo cuando llegaron los visitantes. Por aquel camino junto a su habitáculo, venía un numeroso grupo de extraños seres que se detenía a mirar un buen rato en cada uno de los habitáculos. Cuando el grupo se detuvo ante ellos, tuvieron consciencia de que los observaban con curiosidad e interés: Ellos eran la atracción; Habían sido capturados y trasladados allí para ser exhibidos en una especie de zoológico galáctico. Algunos de aquellos seres de menor tamaño (debían de ser los niños) hacían las mismas tonterías que se suelen hacer frente a la jaula de los chimpancés, sólo que ésta vez, los chimpancés eran ellos.
Autor: D. José María Martín Rengel.
No sabían que ocurría ni para qué estaban allí, pero al menos disponían de agua, de alimentos (sobre todo fruta) y de una adecuada climatización, pues ambos estaban totalmente desnudos. La estancia era una especie de gran caja de cristal, pero nada se podía ver a través del mismo.
Así transcurrieron dos días, pues al tercero, descubrieron con sus propios ojos y con grandísima sorpresa, cual era su autentica e increíble situación. De repente, su habitáculo se hizo transparente, y fué trasladado junto a lo que parecía un ancho camino. A lo largo de dicho camino, por lo que podían ver, había otras "jaulas" parecidas a la suya, y éstas parecían contener siempre a parejas de extraños animales.
Se miraron a los ojos comprendiendo cuando llegaron los visitantes. Por aquel camino junto a su habitáculo, venía un numeroso grupo de extraños seres que se detenía a mirar un buen rato en cada uno de los habitáculos. Cuando el grupo se detuvo ante ellos, tuvieron consciencia de que los observaban con curiosidad e interés: Ellos eran la atracción; Habían sido capturados y trasladados allí para ser exhibidos en una especie de zoológico galáctico. Algunos de aquellos seres de menor tamaño (debían de ser los niños) hacían las mismas tonterías que se suelen hacer frente a la jaula de los chimpancés, sólo que ésta vez, los chimpancés eran ellos.
Autor: D. José María Martín Rengel.
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