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miércoles, 24 de julio de 2013

Ratas y Mariposas

Aquella mujer veía como las hormigas estaban subiendo a su cama, ella se agarraba a las sábanas, se encogía y se maceraba el cabello de forma desesperada. ¿Era un sueño? No debía ser una pesadilla. De repente, una columna de ratas comenzaban a saltar sobre su almohada, ella temerosa, saltaba y gritaba. Las hormigas como una legión de diminutas postulas se agrupaban en remolino y trataban de alcanzar subiendo por sus pies, su brazos y su espalda, la cara. Bajo su camisón miles de hormigas se transformaron en cucarachas y las ratas la rodeaban. Ella muy asustada, gritaba y gritaba, pedía auxilio, pero nadie la escuchaba, su voz se ahogaba en el llanto, la desesperación y la asfixia que la embargaba. 
En ese instante, una voz: "Cielo, es la hora de tú medicación". Ella, como el agua pura y cristalina que alivia la sed al caminante en el desierto más árido, la oyó. Y todo cambió, vió como se le acercaba aquel hombre con bata blanca y le decía: "Te curarás, no te preocupes, pero no podrás beber más". Ella aliviada por sentirse acompañada, miró a su derredor, y las ratas se transformaron un flor, las hormigas en mariposas de color y las cucarachas eran gotas de rocío transparentes que desprendían un mágico olor.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


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