Iba un buen día un gentil hombre en su coche, cuando pasó por una calle en la que el ayuntamiento había colocado un sobresalto con una dimensiones superiores a las permitidas. Al pasar el gentil hombre a una velocidad superior a la permitida, el coche dió un salto que le hizo se le movieran las lentes. En ese mismo instante, un viandante se cruzó y se estampó contra la luna delantera de su coche. Los cristales se partieron y el conductor, salió despedido del asiento hacia las puntas del cristal quebrado. Ambos, en el acto murieron.
En ese mismo lugar, aquella misma mañana y a esa misma hora, se encontraba la muerte, con su guadaña afilada observando toda la operación, junto a la ventana del conductor, quedando un muerto sobre el capó y otro atravesado en su sillón. A eso la muerte se preguntó, ¿cómo es posible? yo vine para llevarme a uno de ellos y no a los dos. Y ahora, los dos están muertos, ¿de quien fue la culpa? ¿del ayuntamiento que elevó demasiado el sobresalto de cemento? ¿del conductor que condujo muy rápido? ¿del peatón que cruzó sin mirar a este lado? ¿mía que tenía que llevarme a uno al otro lado?. Pero lo más extraño, ¿quién se está entrometiendo en mis competencias? ¿quien me quiere quitar mi puesto? cuando yo sólo vine a por uno de los indispuestos.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
En ese mismo lugar, aquella misma mañana y a esa misma hora, se encontraba la muerte, con su guadaña afilada observando toda la operación, junto a la ventana del conductor, quedando un muerto sobre el capó y otro atravesado en su sillón. A eso la muerte se preguntó, ¿cómo es posible? yo vine para llevarme a uno de ellos y no a los dos. Y ahora, los dos están muertos, ¿de quien fue la culpa? ¿del ayuntamiento que elevó demasiado el sobresalto de cemento? ¿del conductor que condujo muy rápido? ¿del peatón que cruzó sin mirar a este lado? ¿mía que tenía que llevarme a uno al otro lado?. Pero lo más extraño, ¿quién se está entrometiendo en mis competencias? ¿quien me quiere quitar mi puesto? cuando yo sólo vine a por uno de los indispuestos.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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