La obra de dios (la creación) había llegado a un punto muerto. El escenario evolutivo estaba preparado para la aparición del hombre; El hombre, no era un fin en si, sino un eslabón necesario que posteriormente daría paso a otras formas mas perfeccionadas, pero con aquellos reptiles gigantescos dominando la tierra, no se daban las condiciones para que florecieran los primeros homínidos. Era necesario intervenir, y realizar una "pequeña" corrección, los reptiles gigantes debían de desaparecer.
Una gigantesca roca fué enviada: se estamparía contra la tierra causando gran destrucción, pero no destruiría toda la vida terrestre. Después de un tiempo, aparecerían los primeros mamiferos, luego los primates, y mas tarde los homínidos...
La creación se topó con un punto muerto. Esos autodenominados "Homo sapiens" dominaban totalmente el planeta, y eran un obstáculo para el siguiente paso evolutivo. De nuevo era necesario intervenir con otra leve corrección.
En los confines del sistema solar, una gigantesca roca ha visto alterada su trayectoria. Su nueva y calculada órbita se cruzará irremediablemente, con la del cuarto planeta del sistema solar, y corregirá el problema.
Autor: D. José María Martín Rengel.
Una gigantesca roca fué enviada: se estamparía contra la tierra causando gran destrucción, pero no destruiría toda la vida terrestre. Después de un tiempo, aparecerían los primeros mamiferos, luego los primates, y mas tarde los homínidos...
La creación se topó con un punto muerto. Esos autodenominados "Homo sapiens" dominaban totalmente el planeta, y eran un obstáculo para el siguiente paso evolutivo. De nuevo era necesario intervenir con otra leve corrección.
En los confines del sistema solar, una gigantesca roca ha visto alterada su trayectoria. Su nueva y calculada órbita se cruzará irremediablemente, con la del cuarto planeta del sistema solar, y corregirá el problema.
Autor: D. José María Martín Rengel.
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