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martes, 16 de julio de 2013

Microrrelato: La máquina de las bendiciones.

Hacía mucho que las iglesias, las sinagógas, las mezquitas y en general todos los tipos de templos habían sido abandonados o vendidos para mercados, pubs, bares, discotecas,... porque nadie iba. 
Un buen día, un señor de negocios, con visión de futuro, que paseaba por su ciudad, se dijo así mismo: ¿y por qué no? Podría ser un buen negocio, la religión siempre fue un buen negocio, y no veo porque no debería seguir siéndolo en esta nueva era de la religión tecnológica.
Así que tomó la determinación de ponerse manos a la obra y comenzó a adquirir todos los inmuebles arruinados y abandonados. Los empezó a restaurar y en donde antes se situaba el altar, el mihrab,... colocó una máquina religiosa. 
La maquina era muy sencilla, los fieles llegaban, echaban una moneda y elegían mediante un dispositivo el tipo de ritual que querían. Así la máquina lo mismo te daba una bendición, que una confesión, que te daba una misa, que una llamada u oración.
Pasado el tiempo, la máquina tuvo tanta aceptación, que se multiplicaron los fieles y los ingresos. Y el señor de negocios se puso tan contento que pensó en ampliar el negocio de la religión.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.



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