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viernes, 26 de julio de 2013

El científico

Se encontraba en su biblioteca, siempre repleta de estanterías muy altas con cientos de miles de volúmenes escritos. Sentado en su taburete llevaba años realizando su tarea de investigación entre las montañas de libros. Cada día, al atardecer se decía: "tengo que instalar más luz en éste lugar, ya cada vez noto mayor oscuridad". 
Se pasó media vida estudiando y la otra media investigando en la oscuridad de su biblioteca. Él buscaba la felicidad científica. Un buen día, reclinado sobre la mesa, apesadumbrado por sus pensamientos, reflexionaba así: "Contra más leo, más conozco, pero eso no me hace más feliz, porque siempre me doy cuenta que hay más y más que conocer. Siendo lo más probable es que muera, siendo lo que me quede por leer más que lo que pude leer en toda mi vida. Es decir, ha mayor erudición, mayor insatisfacción, por tanto la felicidad está en encontrar el punto justo, entre la libertad y la identidad colectiva e individual. 

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


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