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jueves, 25 de julio de 2013

Memoria

En los laboratorios de INT llevaban años trabajando para desarrollar lo que comúnmente se conoce como I.A. (inteligencia artificial) Habían desarrollado un cerebro electrónico capaz de conversar y de responder a preguntas. Su base de datos almacenaba ingentes cantidades de información de todo tipo, pero aparte de eso, en poco se diferenciaba de cualquier otra base de datos.
¿Qué había que hacer para crear un individuo electrónico, un cerebro capaz de pensar por sí mismo, de tener ideas propias, gustos, preferencias, opinión?
   A Lu Wei, ingeniero jefe del proyecto, se le ocurrió la solución durante un sueño: Si cada individuo tenía una personalidad, ideas, etc, eso se debía a que partía de una identidad, y esa identidad no era otra cosa que recuerdos !Recuerdos!
  Lo llamaron IMO (Implanted Memory one). Dos programas interactuaban e interseccionaban entre sí, mediante complicados logaritmos  Algo similar al consciente y al subconsciente humano. En ambos, se había implantado una memoria con recuerdos, que incluía preferencias musicales, literarias  etc. También algo parecido a lo que nosotros llamamos ego, o vanidad: Toda una biografía, un yo.
   IMO fue capaz de conversar casi como una persona humana, y con lo que se aprendió con él, se sentaron las bases de lo que pronto será una realidad: Inteligencia artificial  IMO, ya es consciente de las hondas e insuperables limitaciones del cerebro humano, algo que pronto resultará anticuado e inútil.  

Autor: D. José María Martín Rengel.


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