Le sudaba la frente. Mientras miraba aquel botón rojo, todo el mundo bajo sus píes, el silencio más sórdido. De repente, una llamada, se decía: contestaré o no contestaré. Se limpió el sudor, agarró el teléfono rojo y contestó: águila azul en posición.
Después, colgó, tras recibir la información; debe ser un sueño pensó. Pero no, apretó aquel botón y segundos después Hiroshima desapareció.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
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