Buscar este blog

lunes, 2 de septiembre de 2013

Su yo imaginario.

Vivía en la ciudad de Carmona, una ciudad muy antigua por su Historia. Un día del verano salió al centro de la ciudad, el Sol había dejado ya de avasallar. Como cuando se aburría, salía a pasear, compraba un paquete frutos secos y se iba a la plaza central a sentar. Allí contemplaba las escenas rutinarias, los niños jugando, las mujeres conversando, las jovencitas coqueteando con los chicos de su edad,.... Ese día se sentó a la sombra de un buen árbol, él era de ojos azules claros, con cabello corto y rapado, de complexión entre deportiva y delgada, de unos 32 años. 
Alguien, llegó esa misma tarde y sentó muy próximo a él, aunque para él, la presencia de aquella chica pasó desapercibida. Esa chica, comenzó a conversar de manera intrapersonal y se decía: <<Otro día más, pero ¿a donde voy a llegar?>>. Otra voz en su interior le respondía: <<Muy lejos no, seguro>>. 
Y así comenzó aquella conversación:
- ¿Pero tú quien eres? A ver, que yo me entere.
- Yo soy yo  ¿y tú?.
- Yo soy también tú.
- ¿Cómo que yo soy yo y tú también eres yo?.
- ¡Que sí, que sí mujer!. Que tú eres mi imaginación.
- ¿Cómo que yo soy tú imaginación?.
- Porque tú me has creado, yo soy tu yo y tú me has imaginado.
- ¿Qué quieres decir?.
- Pues que tú no ere tu. Sino que tú eres yo.
- No te entiendo.
- Es muy fácil, físicamente somos dos neuronas del cerebro que hablamos en espejo.
- Ahora te comprendí menos.
- Pues como te estaba diciendo, tu nombre es inventado, tu forma de vestir es aprendida, tu forma de actuar y de pensar son formas educativas; hasta tu género y tu sexo son fantasías mías. 
- Quiere decir eso ¿qué no existo?.
- No, sí existes, pero eres un ser imaginario.
- No te creo. Yo soy de carne y hueso, no imaginario.
- Sí, pero tu mente, es un montaje entre lo heredado y lo aprendido. Las sociedades del mundo lo han construido y tu lo has asumido, como un rol propio, como algo tuyo, sin ser realmente tú.
- Me parece a mi, que te pretendes quedar conmigo. Y que el ser imaginario eres tu, como ego incomprendido, que pretendes confundirme, para que me sienta conmovido.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.



No hay comentarios:

Publicar un comentario