Habían pasado muchos días desde su desunión, cuando caminando en una terraza con otro hombre la vió. La mente le decía: <<ya no estáis juntos, por lo que está libre de toda presunción, nada os debéis>>. Pero en aquel instante le dijo su corazón: <<el alma se me cae al suelo y el corazón hoy viste de duelo>>. No sabiendo que hacer, salió corriendo, gimoteando hacia sus adentros, luego cuando llegó lejos, se paró, reposó y meditó: <<por qué huyo, de que huyo, sí nada tengo, nada pierdo>>. Y le decía de nuevo el corazón: <<sí tenías amor, perdiste el alma en otro corazón. Pero sí por el contrario nunca tuviste amor, tan sólo perdiste una ilusión>>. Continuó caminando, cuando con una chica que conocía tropezó y le dijo: <<¡mira por donde andas, que pareces que no tuvieras alma!>>. Y le respondió: <<así es, mí alma, con otro corazón se quedó>>. La chica sonriendo le dijo: <<ya será para menos>>. Y le respondió con algo más de alegría: <<bueno, quizás tú me puedas ayudar, a recuperar, el alma de mí verdad>>.
Autor: D. Jesús Castro Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario