Un día iba paseando por las montañas de Ronsesvalles un cazador que se había perdido de la partida de caza. El cazador subió hasta lo más alto de un risco para poder intentar ver donde se encontraba y examinar sí podría localizar la partida de caza. Tras varios días y varias noches perdido entre las montañas, escuchó un gran ruido de jinetes en batalla, atemorizado se escondió tras algunas jaras. Intentando ver que pasaba, miró hacía abajo y vio como allí había una gran batalla entre moros y cristianos. La muerte se cebaba con ambos bandos mientras el horrorizado dijo: permaneceré quieto y escondido hasta que todo allá terminado, porque sino puede que acabe mal parado, porque sí me vieran puede que pensaran que fuera de uno o de otro bando.
Autor: D. Jesús Castro Fernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario