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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Carcel para un héroe.

Se encontraba sobre el puente mirando los remolinos del agua, fascinado con la negrura y el olor del río. Se había encaramado sobre el borde y se disponía a saltar cuando oyó un grito de mujer desde el lado mas cercano del puente. Cuando miró, vió a dos hombres que sujetaban a una mujer, era muy tarde y no había nadie más por allí.
   Sintiendose desgraciado, había planeado arrojar su cuerpo a las aguas, y había decidido hacerlo a una hora en la que nadie pudiese contemplar su hundimiento final. Pero alguien más estaba utilizando la impunidad de una noche de invierno, y alguien estaba suplicando ayuda.
   Con una total ausencia de miedo, se dirigió rápidamente hacia donde provenían los gritos, dos tipos estaban intentando arrancarle las ropas a una mujer joven. La chica había intentado resistirse, pero tras los primeros golpes, tortazos, y patadas, parecía haberse rendido.
   Lo siguiente que vió fué el techo de una celda. Allí permaneció hasta que lo llevaron a los juzgados, y de allí a prisión. Se le acusaba de agresión y violación, la victima estaba ingresada en el hospital en estado de coma, y el era considerado una basura.
  Después de algo más de un mes en prisión, lamentaba no haberse arrojado al río. No sólo no había logrado impedir la agresión, sino que además de sufrir él mismo una brutal paliza que lo dejó inconsciente, ahora le iba a caer una gravísima condena por una horrible agresión. El padre de la victima había declarado a la prensa local, que lamentaba no poder matar con sus manos al agresor de su hija. Ya la sociedad entera le había condenado y le consideraba un horrible monstruo, sólo faltaba que el juez dictara sentencia cuando se celebrase el juicio.
   No podía dormir, y desesperado rogó a Dios que se lo llevase ¿Qué más quería de él? ¿Es que no había sufrido ya bastante? Como lo vigilaban para impedir que se suicidase, y terminase así con aquella tortura, pensó que iba a volverse loco. Sólo logró dar un gran cabezazo contra la pared antes de que lo sujetasen, pero no fué suficiente para lo que pretendía. Lo llevaron a la enfermería y le cosieron la enorme brecha, amaneció amarrado a una camilla con un dolor horrible en el cráneo.
   Mientras pensaba en qué seria lo siguiente, el alcaide en persona se dirigía a la enfermería para verle. La noche anterior, la chica había salido del estado de coma, y había relatado a la policía cómo un par de hombres la atacaron y la golpearon mientras le arrancaban la ropa....También preguntó por su salvador, el hombre que viniendo desde la oscuridad se enfrentó con sus manos vacías a sus agresores, y que se llevó la peor parte. Ella misma observó desde el suelo como volvían a por ella mientras el desdichado sangraba  inconsciente sobre el suelo ¿Había muerto? Nadie se atrevió a decirle a la chica que su héroe estaba en la cárcel, pero los policías -conmovidos- decidieron informar inmediatamente al juez. 

Autor: D. José María Martín Rengel.




jueves, 14 de noviembre de 2013

Filosofía para fracasados.

Ocurrió hace ya unos cuantos años, yo había salido -o debería de decir escapado vivo- de una dolorosa ruptura, y me sentía fatal. Lo normal en éstos casos, suele ser agarrarse a la botella, y usar el alcohol en esa otra faceta suya de antiséptico del alma. Así las cosas, navegué por tres o cuatro bares hasta que rota la cadena del ancla, ésta se fué hasta el fondo y tras engancharse allí, me impidió seguir navegando.
   Vaciaba yo a mi ritmo -un ritmo rápido- las copas cuando levanté la vista a mi alrededor. Un variopinto grupo de personas compartían la estancia, cada cual a lo suyo; unos conversaban o reían, otros quizás discutían, pero todos permanecían bajo un gran océano de humo que apenas dejaba ver el el techo del local. Allí me quedé ensimismado, sin dejar de mirar al techo como, si fuera un paranoico, pensando en lo difícil que es asesinar a la tristeza, por cuanto tras haberle endiñado 7 puñaladas en forma de copas de Whiskys, aún enlentecía la agonía aferrándose a mi con todas sus fuerzas.
    La gente se fué marchando poco a poco, y cuando ya sólo quedábamos dos o tres desdichados noctámbulos, el camarero dijo que a la calle todo el mundo, y lo dijo sin sonreír. El resto de la noche, aún es  un misterio para mi, pero recuerdo que la mañana llegó y me encontró tumbado en un banco bajo una acacia sin hojas. Cuando empezaba a preguntarme qué demonios hacía yo allí, mi lengua pastosa y un ligero ardor de estómago me recordaron los whiskys trasegados de madrugada. 
   Todo volvió a su sitio, volvía a ser yo de nuevo, y también volvía a mi esa especie de falta de aire, de escasez de espacio para mi dolorido espíritu. Pero también volvía el mundo a girar, los automóviles volvían a recorrer las calles que tan sólo unas horas antes no eran de nadie, las aceras se poblaban de escolares -debía de haber cerca un colegio- de madres con niños pequeños, de comerciantes abriendo sus establecimientos, de pájaros...
   Era yo quien estaba fuera de lugar, quien necesitaba una ducha y un reposar la espalda sobre algo mas blando que un banco de madera. Cuando iba a enderezarme, a escasos metros ví como levantaban la persiana de un pequeño bar y sentí entonces que me nacía una sonrisa, una sonrisa que si bien asomaba en mi boca, donde realmente nacía era en ese lugar del propio interior humano en donde se rompen las convicciones, se olvida la vergüenza, y no se permite llorar.


Autor: D. José María Martín Rengel.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Cervantes en Qarmuna.

Era un día de primavera cuando Cervantes tenía que ir a cobrar los impuesto en la antigua Qarmuna. Miguel se levantó temprano, revisó sus escritos he incluyó algo, inspirando se en las tierras del valle y en un galgo. Después fue a cobrar, las gentes lo veían y cuando llegaba decían: <<ya está aquí otra vez el recaudador malvado, que nos mata de hambre y no nos ofrece trabajo>>. Miguel que no andaba de dinero holgado, decía: <<mí profesión hago y algún día por ello seré recordado>>.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Obama.

Se encontraba en año 2079 un hombre en un sillón postrado y contaba sus experiencias vividas a sus allegados: yo fuí un gran hombre, fuí presidente de USA y lo hice lo mejor que supe; trabajé muy duro por mejorar todo lo que pude y me dejaron, muchas horas de mí vida le he dedicado. 8 años estuve y resto me pareció un pasatiempos mal logrado. Todos me conocieron, Obama me decían en las elecciones cuando fuí candidato. Hoy me encuentro aquí postrado, en mí vejez, por mí alma luchando, ya que poca ilusión me queda para que me continúen honrando. A ésto que entró sus dos hermosas hijas con sus nietos y le dijeron: padre otra vez contando tus relatos, con tribulaciones y desacatos. Obama respondió: hijas vosotras sois, junto a mis nietos lo único por lo que hoy seguiré siendo honrado y eso es lo poco que hoy me pone contento, porque es de mí agrado. Al instante los nietos se lanzaron sobre sus brazos y el llorando de alegría dijo: cuanta valía y yo aquí descorazonado.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Bill Gates.

Estaban Bill Gates y Melinda juntos en la orilla de un lago. Le decía Bill a Melinda: <<Te amo y sin remedio te adoro>>. A ésto Melinda le respondía: <<Bill, ahora en nuestra vejez no se de éste mundo que es lo que nos llevamos. ¿qué aprendimos? ¿a donde vamos?>>. Respondió Bill: <<Melinda querida de todo lo que poseo sólo quiero una cosa llevarme el día que partamos>>. Preguntó Melinda: <<¿el qué mí amado?>>. Dijo Bill: <<Una promesa, quiero que me prometas que en la siguiente vida volverás a estar a mí lado>>.
  
Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Benedicto XVI.

Bajó un ángel hasta la estancia donde estaba Benedicto XVI y le dijo: <<Tú estarás condenado, sí no obedeces al hijo de Dios>>. El papa respondió: <<pero sí yo venero al hijo de Dios>>. El ángel de nuevo postuló: <<veamos sí lo que dices es verdad, ya que por nada Dios no me ha enviado>>. Se me dijo que te hagas laico y que no lleves la contraria a la palabra de Dios o tú alma nunca jamás la volverás a domeñar. Benedicto XVI, cabizbajo se retiró a meditar. Y dijo: <<bueno obedeceré a lo que dice el ángel ya que Dios existe y yo se que es verdad. Y sí no obedezco una gran pena eterna me caerá. Además lo tengo claro, a otros muchos Dios les hizo cosas similares para probar su lealtad, como sacrificar a sus hijos y demás. Por lo que no temeré a lo que se mande, porque buen final tendrá>>. El ángel desde las alturas observaba a Benedicto y dijo: <<este pobre anciano pronto conmigo vendrá, ya que demasiado sabe para que se le pueda engañar>>.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


La Voz.

Stephen Hawking estaba meditando sobre la verdad de las ciencia, cuando una voz que no sabía de donde provenía le dijo: <<Stephen, no pienses más, que tú alma por la leyes universales no se salvará>>. Stephen pensando que ésto era resultado de los pensamientos malsanos de su cerebro y que todos los hombres algunas vez lo padecemos, dijo: <<ésto no puede ser, las voces internas no están bien>>. De pronto la voz le dijo insistentemente: <<Stephen, no te preocupes demasiado, que en esta vida ya has sabido demasiado, cuando la siguiente vida te toque, no mucho sabrás pero un grandioso atleta serás>>.

Autor: D. Jesús Castro Fernández


El Arca.

Trabajaban dos esclavos en la construcción del primer templo de Salomón y le decía uno a otro: oye ¿para qué quiere Salomón construir éste templo? Respondía el segundo: pues yo creo que es para guardar una especie de caja. El primer esclavo sorprendido: un templo tan majestuoso para guardar una caja. Le respondía el segundo: sí, dicen que una comerciante de Salem que viajó hasta África encontró en un templo de Alejandro Magno una caja, que pertenecía a un mujer y que la compró como regalo para entregárselo a Salomón el día de sus primeras nupcias. El primer esclavo que no se enteraba muy bien de lo que le contaba, volvió a preguntar: ¿y quien era esa mujer? Le respondió el segundo: pues no lo se con seguridad pero al parecer, era una mujer que trajo la caja de la India. Insistente el primer esclavo: pero ¿cómo se llamaba?. El otro: pues no se, pero creo que según cuentan, en la caja, que es como un arca de oro con rubíes, diamantes, esmeraldas incrustadas,..., cuando la introdujeron en la parte acabada y más oculta del templo tras una cámara secreta, había un papiro en su interior en el cual ponía: Pandora fue mí primera Aliada.

 Autor: D.Jesús Castro Fernández.


El ángel.

Se encontraba Shymón Persky en su lecho de muerte cuando un ángel bajó y le dijo: <<Shymón ven conmigo>>. Shymón asustado por lo que le decía ángel contestó: <<¿a donde vamos?>>. Y respondió el ángel: <<vamos a cumplir tus deseos>>. Volvió Shymón a insistir preguntando: <<¿cómo mis deseos?>>. Pero sí yo he cumplido todos mis deseos en esta vida que Hashashim me prestó. El ángel le contestó: <<no, todos no>>. A lo que repuso Shymón: <<¿qué deseos no he cumplidos?>>. Respondió el ángel: <<uno muy sencillo, conocerás a quien durante mucho tiempo has querido>>. Shymón: <<¿a quién?>>. El ángel: <<Pues irás a conocer a Moisés, el rey David y Salomón, sus almas te esperan con su compasión>>.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


El alma.

Le decía Allá a Osama: <<Osama en la tierra a ojos de los hombres obraste mal, pero a ojos de tú sello maya, tan sólo hiciste uso de tú poder destinado. Por lo que primero irás con las almas que de sus cuerpos has liberado, muchas que en arpías se han transformado y buen recaudo de tú alma al final habrán dado. Pero no todo es tan malo, una eternidad o dos con las arpías de las almas que no deberías haber liberado. Aunque al final del camino, sí has avanzado, recuperando tú alma, restaurando tú estado, un presente se tiene preparado. Irás con el alma de Muhammad, el cual estará a tú lado>>.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Futuro Soñado.

Ya hace años que un joven, fue a probar suerte en los juegos de azar del Estado. Un buen día éste muchacho sin buscarlo, ya que jugar a los juegos de azar no eran del todo de su agrado, hechó por probar suerte. Al caer la noche de ese día la suerte le cayó de lleno. Le tocó el mayor premio de la Historia nunca sorteado. Este jovenzuelo, al principio se planteó que hacer con tantísimo dinero. Y se dijo: bueno, veamos, ahora puedo tener todo lo que quiero, ya que como decía Quevedo, poderoso caballero es don dinero. Lo primero que hizo fue invertir en todas las bolsas del mundo, después compró todas las acciones que pudo de todas y cada una de las empresas que en esas bolsas financieras estaban. Ésto le reportó grandes beneficios multiplicando por miles millones lo que al principio ganó por destino. Cuando vió que ya había llegado a ser uno de los mayores accionista de prácticamente la totalidad de las empresas, entre ellas todas las grandes multinacionales más poderosas; decidió que no era suficiente que quería más, pesó: compraré todos los lingotes de oro que pueda. Con el paso de los meses llegó a poseer más 114 mil millones de kilos de oro con una pureza del 90%. Pero el jovenzuelo al cual se le pasaba el tiempo, no estaba satisfecho y dijo: ahora quiero comprar todas las propiedades patrimoniales que pueda poseer en los cinco continentes, compró y compró hasta que se cansó. Ya poseía 10 mil mansiones, palacios y castillos. Poseía coches, motos, barcos, aviones, industrias de todo tipo, pero se dijo: quiero más porque no estoy satisfecho. Como vió que no se le ocurrían muchas más cosas que comprar porque tenía mucho más de lo que podía usar, pensó: pues voy a contratar a todos los científicos mejor valorados de nuestro tiempo, a todos los artistas, a todos los superdotados para poder construir una nueva industria. Y así lo hizo, trajo a los mejores científicos en robótica y creó un ejércitos de robots que los puso trabajar en muy poco tiempo. Trajo a todos los artistas y construyó el mayor recinto nunca imaginado de todos los tiempos con obras de todo tipo y le pidió a los superdotados que le aconsejarán sobre como multiplicar por cien mil todos sus beneficios. Pasó el tiempo y dejó de ser jovenzuelo, la madurez ya le pisaba y se dijo un día: Bueno que más puedo querer, me dedicaré a los 20 mil días que me quedan al amor y así cada día tendré una mujer distinta, con lo que espero poder llegar a poseer 20 mil mujeres, que sí me permiten ser feliz 2 veces al día, podré alcanzar las 40 mil sensaciones del placer. Continuó tribulando y dijo: ¿qué me falta? Pues ayudaré a los pobres y empezó a subvencionar a todas las ONGs del planeta. Pero aun no estaba satisfecho y dijo: ¿qué más? Ya he tenido mil vacaciones, he tenido mil placeres y ayudado a millones de seres, ¿qué más? Ya se dijo: lo único que no tengo, es el deseo anhelar el deseo. Por lo que volveré a ser lo único que no puedo, volveré a ser pobre. Cuando se dió cuenta ya era tarde y no podía dar marcha atrás, porque quería ser pobre, pero con la juventud que se va y una mujer que de verdad amar.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Vida.

Como bebe lloró, como niño jugó, como adolescente se enamoró, como maduro trabajó, como adulto experimentó y como anciano descansó. El que vivió al final murió.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Parto.

El agua salada de las olas la arena de la playa arrastraba y sus píes mojaba. La luna llena en esa noche la acompañaba. Ella el dolor del nacimiento expresaba. En el agua del mar ella fue a alumbrar.

Autor: D. Jesús Castro Fernández


Relaciones.

Una mujer sentía, que el amor quería conocer. Un día decidió que partiría en busca de lo que no conocía. En Europa una experiencia monogámica conoció, pero sus limitaciones no entendió. En África, después, la poligamia experimentó, pero no le convenció. En Asia, la androgamia comprobó y al final la abandonó. En América, la vida de madre soltera verificó, demostrando así, que el verdadero amor su hija le dió.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Sábado.

Amanecía en la ciudad la mañana, algunas obras se escuchaban, los vehículos a desplazarse empezaban, la gente a pasear comenzaba, las personas mayores en su edad dorada, por el balcón se asomaban para mirar que vecinos pasaban. Era sábado por la mañana.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Bus.

El escritor confabulaba, en una taberna remota narraba. Relatos cortos pensaba sobre la realidad que le rodeaba. El bus de regreso esperaba porque se demoraba, mientras el tiempo pasaba. Un bolígrafo y un papel era toda su armada, para relatar mil eventos que a una vez pasaban.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Carta.

Recibió una carta de amor. La abrió, la leyó. Y finalizaba: Te amo. Diciendo la carta en su redacción.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.


Biónico.

El médico le había recomendado se quedara en casa descansando, ya que tras la intervención para reparar su parte biónica tendría que dejar que actuarán los nanorobots introducidos en su cuerpo. Él mientras tanto decidió trabajar desde casa mediante el teletrabajo. Se dedicaba a la supercomputación robótica y mediante los hologramas 3D de su televisor-ordenador trabajaba en el Centro de Experimentación.

Autor: D. Jesús Castro Fernández.